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Para coleccionar la primera historia escrita de la OFI

 SUMARIO DE LOS 75 AÑOS DE LA OFI. 

 


La última confesión de "EL CURITA"

LO QUE NO DIJE EN EL PAIS

 

Eduardo Mérica para Diario Uruguay

Efraín Martínez Fajardo, popularmente conocido por el seudónimo: EFRA y siendo tratado por sus colegas como "El Curita", fue uno de los periodistas privilegiados pioneros del fútbol del interior del Uruguay, junto al diario "El País, porque terminó siendo vanagloriado por ser el creador del primer Campeonato de Clubes Campeones de la Organización del Fútbol del Interior, a principios del año 1965... E inventor de la recordada y hasta olvidada Supercopa "El País", de efímera duración aunque de recordadas y vibrantes jornadas.

EFRA, alcanzó su máxima distinción en México, con la medalla de bronce -tercer lugar- en el Campeonato de Prensa Olímpica de 1970. Allí, en ese instante creyó haber alcanzado su sueño periodístico, como el de tocar las correas de las sandalias de otro grande del periodismo deportivo oriental: DAVY (Dionisio Alejandro Vera Iparraguirre). Por lo tanto... Esta entrega es una amena y nostálgica versión de su vida por la prensa.

"Hay en la prensa a mi juicio, una causa de inmoralidad intrínseca, inevitable, que puede descomponerse en dos: en lo relativo a los hechos, la obligación de afirmar sin información bastante; y en lo relativo a la doctrina, la obligación de opinar sobre todos los asuntos. La obligación, digo, de informar sobre todos los asuntos sin base suficiente es inevitable y es grave. Enseñamos, ya para el casi limitado y menos grave de las conversaciones privadas, a nuestros hijos, a nuestros alumnos que deben guardarse bien de hacer una afirmación antes de tener sus pruebas; que antes, por ejemplo, de atribuir a una persona un acto que pueda afectar su reputación o su tranquilidad, busquen todas las pruebas necesarias. Entre tanto, la prensa está organizada de una manera tal, que la afirmación debe venir siempre casi fetalmente antes de la prueba, o, en todo caso, nunca puede esperarse la prueba lógicamente rigurosa, ni aun aceptable ".

Doctor Carlos Vaz Ferreira


NO TE DES POR VENCIDO

 

Mientras la leyenda dormía, aunque sin perder vigencia ni credibilidad, el niño crecía manteniendo su enamoramiento por ese mito de invencibilidad del fútbol uruguayo que continuaba marcando otros hitos como para continuar en los brazos de la fama y la fortuna. Entre esas nuevas hazañas se encontraba la de Santa Beatriz -en Lima- donde se conquistó el Campeonato Sudamericano, derrotando al coloso y favorito conjunto argentino por 3 a 0. De nuevo pues, la farándula, los desfiles, los cantos, la euforia contagiosa y desde todo punto de vista justificada, que volvía a despertar a la leyenda de su breve siesta de tan sólo cinco años.

Años más tarde el niño ya era un adolescente y había hecho un descubrimiento que lo llenó de tristeza ¡ no tenía ninguna habilidad para destacarse en la práctica del fútbol!.

Había ensayado jugar de half izquierdo (ni hablar en esa época de marcador de punta) y luego de reiterados fracasos que no ayudaban su natural condición de zurdo, ni su empecinamiento, intentó el recurso del ahogado o mejor dicho del que se está por ahogar y buscó en el puesto de arquero la posibilidad de lograr tener notoriedad. Tal vez la logró, porque su equipo era completo y de lo más llamativo. ¿Pero qué había de lo otro?. De todo lo que corresponde al vademécum técnico del puesto y sus características y particularidades especiales. En realidad, nada, absolutamente nada...

Como por un impulso superior y tal vez divino sintió el llamado de la prensa escrita y se vinculó sin más credenciales que la de ser "un hijo de vecino" y su afán por mantenerse junto al fútbol.

Corría pues el año 1944, cuando logró vincularse a la página deportiva del diario "El Plata", atendiendo la información de los partidos de la divisional "Extra". Luego escalonada y progresivamente logró el ascenso a "Intermedia" y posteriormente a la " B". Así fue haciendo su elemental aprendizaje y cuando aún faltaba mucho camino por recorrer se enroló al plantel deportivo del diario "El País", que en diferentes horarios funcionaba en el mismo edificio que arrendaba a su hermano "El Plata".

Corría el año 1950, cuando fue nominado para una misión especial, debiendo cubrir como enviado de "El País", las alternativas del Campeonato de Fútbol del Este, por ese entonces se disputaba en sede fija y que en esa ocasión le correspondía a la ciudad de Rocha.

Primera prueba de fuego, primera misión para poner a prueba todo lo aprendido y todo lo que faltaba por aprender.

Difícil circunstancia destinada a determinar si se entraba o se salía de la profesión, importando al respecto más que nada la autocrítica, constituida en la más dura y severa demanda, mucho más que la opinión ajena.

Así las cosas, el periodista en una pieza del hotel en el que se alojaba, se hacía un test diario con el ejemplar del diario "El País", en sus manos y el resultado no le era favorable y por lo tanto no lo conformaba. Surgían ante su vista las inspiradas notas del maestro DAVY, con la fuerza atrapante de una filosofía de vida y la espontaneidad, frescura y originalidad en el manejo total y sutil de las palabras escritas en medio del trajín afanoso y nervioso de la redacción; ¡bien que lo sabíamos!.

De la confrontación no quedaban perspectivas para ofrecer aspectos alentadores y ya fuera la información y algún comentario proveniente desde la sede del Campeonato del Este, se veían empequeñecidas y pobres de sentido y originalidad, ya que tan sólo reiteraban conceptos manidos a los que apelaban los aprendices y que consistían para los casos de victorias, en que los ataques habían superado a las defensas y al contrario para los casos de derrotas.

El joven periodista se sumía en profundas cavilaciones en medio de la soledad de la habitación del hotel y allí en el silencio y tranquilidad del ambiente, procuraba hallar un hilo diferente para tejer nuevas historias o nuevas notas especiales que tuvieran el brillo y la llama abrasadora de las escritas por el maestro DAVY.

Era una honesta, sincera y constante propuesta que sin embrago no se plasmaba y quedaba en suspenso por varias razones, sin embargo, tenían un común denominador como lo era sin duda la falta de capacidad del aspirante o del aprendiz del periodista.

Había no obstante algo que en medio de la desesperanza y de la desazón del momento lo mantenía en una vigilia coloreada tan sólo con las luces de un nuevo día y que renovaba el empeño tenaz por obtener algo del preciado don de su maestro.

Era en síntesis, lo que lo sostenía, el valor y la oportunidad de las palabras de Almafuerte "No te dés por vencido ni aun vencido...".


CAPÍTULO SIGUIENTE:   

La Copa El País de EFRA
EFRA entregando El País
La Copa El País destruida por dirigentes de OFI
Los campeones de la Copa El País

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